Historias y Leyendas
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Elaine M. Jordan
Regimientos de soldados sarracenos y arqueros estaban estacionados allí (en el Convento de San Damián en Asís, Italia), amontonados como abejas, listos para devastar los campamentos y apoderarse de las ciudades. Una vez, durante un ataque enemigo contra Asís, ciudad amada del Señor, y mientras el ejército se acercaba a las puertas, los feroces sarracenos invadieron San Damián, entraron en los confines del convento y hasta en el mismo claustro de las vírgenes. Las mujeres estaban aterrorizadas, sus voces temblaban de miedo mientras llamaban a su Madre, Santa Clara.
De repente, una voz resonó en sus oídos desde el tabernáculo: "¡Yo siempre te protegeré!" "Mi Señor", agregó, "si es Tu deseo, protege también esta ciudad que se sustenta en Tu amor". Cristo respondió: "Tendrá que pasar por muchas pruebas, pero será defendida por Mi protección". Entonces la virgen, alzando el rostro bañado en lágrimas, consoló a las hermanas: "Os aseguro, hijas, que ningún mal sufriréis, solamente tened fe en Cristo". Al ver el coraje de las hermanas, los sarracenos se dieron a la fuga y huyeron por encima de los muros que habían escalado, desconcertados por la fuerza de la hermana a la que vieron orando. Y Clara inmediatamente advirtió a los que escucharon la voz de la que hablé arriba, ordenándoles con severidad: "Tengan cuidado de no contarle a nadie acerca de esa voz mientras yo esté vivo, queridísimas hijas". Este articulo fue publicado por TIA el
6 de noviembre de 2010. Traducido y publicado por TIA Ecuador el 20 de marzo de 2023. ![]() ![]() ______________________ ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() ______________________ |