Cuentos y leyendas
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St. Nicholas & the Angry Jew

Jacobus de Voragine

El judío golpea la estatua del santo después de que unos ladrones la robaran; abajo, San Nicolás ordena a los ladrones que devuelvan los bienes.

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Había un judío que vio los milagros virtuosos de San Nicolás, por lo que hizo una imagen del Santo y la puso en su casa. Luego le ordenó a Nicolás que cuidara bien su casa cuando saliera, y que guardara a salvo todos sus bienes, diciéndole:

“Nicolás, mira! Aquí están todos mis bienes. Te encargo que los guardes, y si no los guardas bien, me vengaré de ti golpeándote y atormentándote.”

Y después de un tiempo, cuando el judío estaba fuera, llegaron los ladrones y robaron todos sus bienes, y dejaron sin llevarse solo la imagen. Y cuando el judío regresó a casa lo encontró despojado de todos sus bienes.

Se dirigió a la estatua, diciendo estas palabras: “Señor Nicolás, te había puesto en mi casa para guardar mis bienes de los ladrones. ¿Por qué no los has guardado a salvo? Recibiréis penas y tormentos y tendréis dolor por los ladrones. Yo vengaré mi pérdida y reprimiré mi ira golpeándoos”.

Y entonces el judío tomó la estatua, la golpeó y la atormentó cruelmente.

Entonces ocurrió un gran milagro, porque cuando los ladrones se habían ido con los bienes, el santo, tal como había estado en su atuendo episcopal, se apareció a los ladrones y les dijo:

“¿Por qué he sido golpeado tan cruelmente por vosotros y he tenido tantos tormentos? Mirad cómo mi cuerpo está descuartizado y roto; mirad cómo la sangre roja corre por mi cuerpo.

“Vayan rápido y devuelvan estos bienes robados, o de lo contrario la ira de Dios Todopoderoso hará que todos se vuelvan locos, y todos los hombres sabrán vuestra felonía, y cada uno de vosotros será ahorcado”.

Y ellos dijeron: “¿Quién eres tú que nos dices tales cosas?”

Y él les respondió: “Soy Nicolás, el siervo de Jesucristo, a quien el judío golpeó tan cruelmente por sus bienes que vosotros os habéis llevado”.

Entonces tuvieron miedo y volvieron a donde el judío, quien le contó lo que había hecho con la estatua. Y ellos le contaron el milagro y le devolvieron todos sus bienes.

Y así los ladrones volvieron al camino de la verdad y el judío al camino de Jesucristo gracias al milagro de San Nicolás. Alabado sea Dios en su santo San Nicolás.

Adaptado de La leyenda dorada de Jacobus de Voragine, Cambridge Un. Press, 1914, págs. 70-71.
Publicado el 14 de diciembre de 2024
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