TIA responde:

M.B.,

Le agradecemos su objeción.

Para ver cómo la Constitución Civil del Clero está en el origen del catolicismo liberal, el modernismo y el progresismo, lea el artículo “Liberales, Modernistas y Progresistas.”

Para un resumen sobre el Vaticano II y su respaldo a la tríada de la Revolución Francesa de Libertad, Igualdad y Fraternidad, de la cual la Constitución Civil del Clero es una de las expresiones más características, te recomendamos leer estos artículos aquí, aquí, aquí y aquí.

Pero, si desea tener una visión completa sobre este tema, primero lo invitamos a leer la obra del Sr. Guimarães. Colección de 11 volúmenes sobre el Vaticano II, que expone toda la agenda progresista detrás de los documentos, analizando no solo la letra de los documentos, sino lo más importante, su espíritu.

Usted menciona que Lumen gentium contiene “verdades distorsionadas para propósitos impíos” – si lee el libro del Sr. Guimarães. En las aguas turbias del Vaticano II, aprenderá que los documentos emplearon hábilmente un lenguaje ambiguo para favorecer la corriente progresista en el Concilio ("torciendo la verdad"). Puede ver nuestro video de introducción/suplemento de este Volumen aquí.

Es importante comprender este “espíritu del Concilio” para comprender el verdadero significado progresista de los documentos detrás del velo de la ambigüedad. La única forma de entender este espíritu del Concilio es conocer a los progresistas que escribieron los documentos y que fueron influyentes periti del Concilio, o pertenecieron a los mismos círculos progresistas. Mire nuestro video sobre el Volumen II que explica este Espíritu del Concilio, aquí.

Con respecto específicamente a la Revolución Francesa, debe considerar que el Card. Suenens hizo una declaración que se hizo célebre cuando dijo que “El Vaticano II fue la [Revolución de] 1789 en la Iglesia”. (ver Volumen IV, Animus Delendi I, Capítulo I, pág. 54, nota al pie 14). En la Colección (particularmente Animus Delendi I y Animus Delendi II), hemos observado el apoyo de los progresistas a la Revolución Francesa y su tríada revolucionaria Libertad, Igualdad, Fraternidad (ver particularmente Animus Delendi I, Capítulo IV, pp. 201-213), así como el apoyo explícito a la Revolución Francesa por parte de los documentos del Vaticano II (pp. 213-217.).

Sobre el plan progresista de alterar la estructura de la Iglesia, ver Animus Delendi I, Capítulo III, Punto 2. b.

Sobre el intento de los progresistas de democratizar la Iglesia, principio en el que se basa claramente la Constitución Civil – en el texto de la Constitución Civil del Clero (aquí), vea todos los artículos en el Título II, Artículos I, II, XXI; Título III, Artículo I – ver Animus Delendi I, pp. 230-251, 307-338.

Sobre el intento de los progresistas de destruir el carácter monárquico de la Iglesia - lo que también pretendió la Constitución Civil del Clero al ordenar la confiscación de bienes como en el Título I Artículos I, II y XX, la transformación del clero en “empleados” asalariados del Estado como en el Título III, y la abolición de todos los cargos episcopales y clericales en favor de los nuevos como en el Título I Artículo XX – ver Animus Delendi I, pp 163-171.

Para la enseñanza tradicional sobre el Papa como Monarca, ver el mismo Animus Delendi I, pp. 259-271.

Usted preguntó específicamente sobre Lumen gentium: para ver algunos ejemplos de cómo este importante documento juega con el plan de los progresistas para destruir la Iglesia. Le recomendamos consultar Animus Delendi I, p. 54, nota al pie 14; págs. 71-72; pags. 76; págs. 95-96; pp. 113-14 nota al pie 5. b.; pags. 318, págs. 330-331.

Es importante recordar que el Papa Pío VI (1775-1799) condenó la Revolución Francesa (ver nota al pie 42 en el mismo Capítulo IV del Animus Delendi I, pp. 202-204). También condenó la Constitución Civil del Clero, que puede leer en la pág. 307-310. Se puede encontrar un trasfondo (no exento de sesgos revolucionarios) sobre la Constitución Civil del Clero aquí.

Dado que los principios de la Revolución Francesa forman la base del Estado Moderno, lo alentamos a conocer la condena tradicional de la Iglesia contra el mundo moderno (ver Animus Delendi II, Parte I, Premisa I, y En las aguas turbias del Vaticano II, capítulo 1, nota al pie 14), así como el eufórico elogio que el Vaticano II le dio al mundo moderno (ver Animus Delendi II, Parte I , Premisa II, así como la Parte 1, Capítulos I-VI). De particular interés es el concepto de Secularización, que se trata en Animus Delendi II, Parte 1.

No olvidemos también que gran parte del clero antes y durante la Revolución Francesa era decadente y mundano. Por ejemplo, algunos obispos prefirieron estar en los círculos de moda de París en lugar de en sus propias diócesis. Esto fue un error por parte de los obispos, ya que deberían estar en sus diócesis gobernando a los fieles. Su acción reflejó un fenómeno similar en la nobleza: Luis XIV con su absolutismo atrajo a los nobles franceses para que se unieran a él en la corte de Versalles, lo que también estaba mal: un noble debería estar principalmente en su región, gobernando a su pueblo y listo para defenderlo con fuerza militar.

Los enemigos de la Iglesia utilizaron esta decadencia tanto del clero como de la nobleza como una excusa barata para justificar sus fines anticatólicos, que nunca podrían justificarse.

Para poner la Historia en perspectiva, le sugerimos que lea el trabajo histórico del Prof. Plinio, Revolución y Contrarrevolución (resúmenes aquí y aquí), para comprender realmente la historia y cómo hemos llegado a la crisis en la que nos encontramos actualmente. El libro le ayudará a establecer algunos criterios para poder discernir dónde estábamos, dónde estamos ahora y hacia dónde nos dirigimos.

Esperamos que esto responda a su pregunta.

     Cordialmente,

     Servicio corresponsal de TIA