Ecología
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El volcán etíope muestra la vulnerabilidad global
- Un volcán etíope, largo tiempo inactivo, entró en erupción por primera vez en milenios.
- La nube de ceniza interrumpió el tráfico aéreo internacional en varios países.
- Los volcanes no monitoreados representan una amenaza global mayor que los famosos y activos.
- Un volcán oculto similar provocó en el pasado un desastre que mató a miles en México.
- Tales erupciones pueden alterar el clima global y desencadenar crisis humanitarias.
En un rincón remoto de Etiopía, el volcán Hayli Gubbi, un gigante geológico dormido, volvió a rugir el domingo por primera vez en al menos 12.000 años. Esta montaña poco conocida lanzó una columna de ceniza volcánica de asombrosos 8,5 millas en la atmósfera, interrumpiendo vuelos a miles de kilómetros y cubriendo aldeas cercanas con una capa de polvo. El evento es un poderoso estudio de caso sobre la vulnerabilidad global, demostrando que nuestro enfoque en volcanes famosos puede cegarnos ante los peligros reales que acechan en las sombras.
La ciencia detrás del silencio
La erupción del Hayli Gubbi es exactamente el escenario sobre el que los expertos han estado advirtiendo. Según el profesor Mike Cassidy, volcanólogo de la Universidad de Birmingham, estos volcanes “ocultos”, que entran en erupción sin historia registrada, representan la mayor amenaza para el mundo. “A menudo pasados por alto, estos volcanes ‘ocultos’ erupcionan más a menudo de lo que la mayoría de la gente cree,” advierte Cassidy. Señala que en regiones volátiles como el Pacífico, Sudamérica e Indonesia, una erupción de un volcán sin historia registrada ocurre cada siete a diez años.
El mapa muestra la propagación del humo tóxico de Hayli Gubbi
La interrupción fue rápida y tangible. Air India se vio obligada a cancelar 11 vuelos, realizando controles preventivos en aeronaves que habían volado por la región afectada. Para los residentes locales, el evento fue aterrador. “Se sintió como si se hubiera lanzado de repente una bomba con humo y ceniza,” dijo un residente, Ahmed Abdela, a Associated Press.
Una historia mortal
de falta de preparación
Este no es un incidente aislado. La historia proporciona un precedente inquietante sobre la devastación que un volcán “oculto” puede causar. El profesor Cassidy señala la erupción de El Chichón en México en 1982. Era un volcán poco conocido y completamente no monitoreado que había estado dormido durante siglos. Su violento despertar se convirtió en el peor desastre volcánico moderno de México, matando a más de 2.000 personas y desplazando a 20.000 más. La tragedia subraya un fallo crítico en nuestro enfoque del riesgo volcánico. Fue solo después del desastre que se inició la monitorización de El Chichón, revelando una estrategia global reactiva en lugar de proactiva.
El verdadero peligro de estos eventos se extiende mucho más allá de la zona inmediata de la explosión. La erupción de El Chichón demuestra cómo un solo volcán puede alterar el clima global. El azufre liberado formó partículas reflectantes en la atmósfera superior, enfriando todo el hemisferio norte. Este cambio climático movió el monzón africano hacia el sur, causando una sequía extrema.
Los científicos ahora entienden que esta actividad volcánica contribuyó directamente a la hambruna etíope y del este de África de 1983-1985, una catástrofe que cobró la vida de aproximadamente 1 millón de personas. Un volcán remoto y no monitoreado desempeñó un papel silencioso y devastador en una de las peores crisis humanitarias del siglo XX.
La monumental brecha en la monitorización
A pesar de este peligro claro y presente, la comunidad global sigue peligrosamente poco preparada. El profesor Cassidy revela una estadística impactante: “Tres cuartas partes de las grandes erupciones provienen de volcanes que han estado en silencio durante al menos 100 años y, como resultado, reciben la menor atención.”
El esfuerzo científico se centra de manera desproporcionada en un puñado de volcanes bien conocidos. “Hay más estudios publicados sobre un volcán (el Monte Etna) que sobre los 160 volcanes de Indonesia, Filipinas y Vanuatu combinados,” señala Cassidy. Menos de la mitad de los volcanes activos del mundo tienen algún tipo de monitorización, dejando a millones de personas que viven cerca de ellos expuestas a un riesgo no cuantificado.
El olvidado volcán Hayli Gubbi antes de su erupción
La solución, según los expertos, no es vivir con miedo sino abrazar la preparación. “Cuando los volcanes son monitoreados, cuando las comunidades saben cómo responder, y cuando la comunicación y coordinación entre científicos y autoridades es efectiva, se pueden salvar miles de vidas,” afirma Cassidy.
No se han reportado víctimas por la erupción de Hayli Gubbi, pero el incidente sirve como una advertencia crítica. Es un llamado a dirigir recursos y atención a las zonas volcánicas más descuidadas y poco monitoreadas del mundo, donde inversiones modestas podrían ofrecer la mayor protección para la vida humana.
A medida que la ceniza de Etiopía se asienta, la lección que trae debería resonar en todo el mundo. Nuestra fascinación por las erupciones espectaculares de volcanes famosos como Etna distrae de la amenaza más silenciosa e insidiosa. El verdadero peligro no siempre ruge; a veces ha estado silencioso durante 12.000 años. En una era de tecnología avanzada y conectividad global, permitir que millones vivan a la sombra de gigantes geológicos no monitoreados no es solo un descuido. Es un fracaso profundo en proteger la vida humana frente al poder impredecible y crudo de la naturaleza.
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Publicado el 1 de diciembre de 2025
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