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Verdades Olvidadas
Ningún católico está exento
de este servicio militar
Escribiendo hace más de un siglo, el P. Charles B. Garside estaba reaccionando al modernismo que ya se estaba infiltrando en la Santa Iglesia. La falsa doctrina ya había alcanzado un “lugar alto” en la sociedad y la Iglesia. En su comentario sobre la vida de San Elías, desafía a los católicos de todos los tiempos a adoptar la posición correcta de resistencia activa frente al error: La guerra debe librarse en todos los frentes hasta lograr la victoria.
Fr. Charles B. Garside
El mundo y el diablo nunca tuvieron tanto éxito como ahora al disfrazar pretenciosamente el error bajo el manto de la verdad. Los vicios son consagrados como virtudes en el atractivo templo de la falsedad. La inmoralidad está idealizada. Las opiniones degradadas de Dios y su creación, del alma y del cuerpo, se procesan abiertamente en círculos de rango e intelecto.
La falsa doctrina no sólo se tolera en los “lugares elevados” de la vida social, y se la denomina, como en una sátira, “saber aprendizaje”. El escepticismo presuntuoso es canonizado por aclamación popular, no sólo como un derecho sino también como un deber y la perfección misma de la libertad mental y moral.
Estos son algunos de los elementos hostiles con los que nuestra vida actual está peligrosamente cargada.
¿Cómo se puede enfrentar con éxito a esta variedad de enemigos sin un coraje perseverante y con visión clara, y cómo se puede obtener este coraje? Todo católico está obligado, según sus medios y oportunidades, a confrontar, denunciar y resistir a los enemigos de Dios. La guerra debe librarse mediante la palabra, la escritura, la protesta, la autoridad, la oposición activa y pasiva, el sufrimiento y otros modos diversos que no es necesario mencionar en detalle.
Ninguna clase está exenta del servicio militar en el gran conflicto que se libra perpetuamente. Todos están llamados a filas, sin importar cuál sea su temperamento o tentaciones individuales.
La contienda es tan inevitable como difícil, pero con la gracia de Dios tendremos éxito si somos “fuertes en la fe”. “Esta es la victoria que vence al mundo, incluso vuestra fe”.
Nuestros adversarios pueden superarnos en posición, talento y logros. Pueden estar vestidos con ellos de pies a cabeza y nosotros, como Elías, podemos estar solos y desarmados, pero seremos los verdaderos "hombres de Dios". Entregaremos nuestro mensaje sin temblar; y aunque nuestro Acab personal – quienquiera que sea – pueda negarse a creer en nuestras palabras, habremos dado testimonio del Dios verdadero”.
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