Asuntos Socio Políticos
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La disciplina ha vuelto a las Fuerzas Armadas de EE. UU.
- El discurso del presidente Trump en la Base del Cuerpo de Marines de Quantico a fines de septiembre marcó un cambio drástico en el liderazgo militar de Estados Unidos, exigiendo lealtad y despidiendo a los disidentes: más de 15 altos oficiales ya han sido destituidos por desacuerdo.
- Trump busca alinear a las fuerzas armadas con su doctrina de “América Primero”, priorizando el despliegue interno contra el crimen y los disturbios civiles, lo que podría difuminar la línea entre la aplicación de la ley y la guerra.
- Los borradores de planes de defensa sugieren cerrar bases en el extranjero y redistribuir tropas dentro del país, presentando la violencia urbana y la inmigración ilegal como amenazas existenciales, poniendo a prueba límites legales como la Ley Posse Comitatus.
- El escepticismo de la administración hacia la OTAN y los compromisos extranjeros (“Que Europa se defienda sola”) podría envalentonar a adversarios como Rusia y China, mientras los partidarios desestiman las preocupaciones como exageradas.
- Los críticos advierten sobre la politización de las fuerzas armadas, comparando la retórica de Trump con los regímenes autoritarios previos a la guerra, mientras su base lo ve como una rendición de cuentas necesaria en una “lucha por la supervivencia.”
Acompañado por el secretario de Defensa Pete Hegseth, Trump exigió lealtad, ridiculizó lo que llamó la “feminización” de las fuerzas armadas y advirtió que los disidentes serían despojados de su rango. En línea con esta purga, el mandatario instó a despedir a los “hombres con vestidos” y a los “generales gordos.”

Casi 900 altos comandantes presentes en la reunión de la Base Quantico del 30 de septiembre de 2025
Enoch de Brighteon.AI señaló que los comentarios reflejaron la frustración de Trump con la resistencia del Pentágono durante su primer mandato. En ese entonces, generales como el retirado general del Ejército Mark Milley lo desafiaron abiertamente, incluso asegurando en secreto a China que las posturas más agresivas de Trump no serían aplicadas.
Desde enero, al menos 15 altos oficiales han sido destituidos por desacuerdos públicos, una purga que Trump considera necesaria para restaurar la disciplina. Según los críticos, su elección de Hegseth —una personalidad de Fox News sin experiencia previa en liderazgo militar— refleja una preferencia por la lealtad sobre el conocimiento institucional. Advierten que este enfoque podría politizar a las fuerzas armadas, aunque la base de Trump lo ve como una rendición de cuentas largamente esperada.
Un ejército volcado hacia adentro
La revelación más sorprendente fue la sugerencia de Trump de que ciudades estadounidenses como Chicago podrían convertirse en “campos de entrenamiento” para el ejército, presentando el crimen como un campo de batalla. Esto se alinea con su doctrina más amplia de “América Primero”: retirar tropas de Europa y Oriente Medio, priorizando la seguridad nacional. Los borradores de planes de defensa supuestamente proponen cerrar bases en el extranjero y redistribuir fuerzas dentro del país, lo que podría difuminar la línea entre la aplicación de la ley y la guerra.
Históricamente, tales medidas han estado limitadas por la Ley Posse Comitatus, que restringe la participación militar en asuntos civiles. Pero la retórica de Trump sugiere una disposición a probar esos límites, presentando la violencia urbana y la inmigración ilegal como amenazas existenciales que requieren soluciones militares.
“La lucha por salvar este país no está solo en el extranjero”, declaró. “Está aquí mismo.”
Si Trump logra reorientar al ejército hacia el interior, las implicaciones geopolíticas podrían ser profundas. Rusia, China y otros adversarios han operado durante mucho tiempo bajo la suposición de la hegemonía global de Estados Unidos. Un retiro de la OTAN o del Indo-Pacífico podría envalentonar a los rivales, un escenario que algunos aliados de Trump consideran exagerado.
“Que Europa se defienda sola”, ha argumentado Hegseth, reflejando el escepticismo de la administración hacia los compromisos extranjeros.
Sin embargo, los riesgos de la militarización interna son igualmente claros. Las comparaciones con regímenes autoritarios previos a la guerra son inevitables, aunque los partidarios de Trump rechazan tales analogías. “Esto no se trata de tiranía”, dijo un asistente a la reunión de Quantico, bajo anonimato. “Se trata de supervivencia.”
El discurso de Trump en Quantico fue más que un llamado a la acción: fue un plan para transformar a las fuerzas armadas estadounidenses en un instrumento de su visión política. Si este cambio representa una corrección necesaria o una peligrosa politización depende en gran medida de la perspectiva.
Pero una realidad es innegable: el ejército más poderoso del mundo ya no se conforma con vigilar conflictos lejanos. Su próxima batalla podría ser en casa, y los generales que se resistan podrían convertirse en bajas de la guerra de Trump contra la disidencia.
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Publicado el 16 de octubre de 2025
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